La fibra de celulosa es un excelente aislante térmico. Su conductividad térmica (valor λ) suele oscilar entre 0.037 y 0.040 W/m·K, lo que se traduce en un buen valor R (resistencia térmica) por centímetro de espesor. Además, su capacidad para rellenar huecos sin dejar puentes térmicos mejora su eficiencia general. A mayor densidad de instalación, mejor será su rendimiento térmico.
Sí, la fibra de celulosa es un muy buen aislante acústico, especialmente en su aplicación insuflada. Su estructura densa y fibrosa absorbe las ondas sonoras de manera eficaz, reduciendo la transmisión de ruido a través de paredes, techos y suelos. Su capacidad para sellar huecos y cavidades también contribuye significativamente a mejorar el aislamiento acústico general de una edificación.
La fibra de celulosa tratada con sales de borato es resistente al fuego y generalmente tiene una clasificación de resistencia al fuego Clase B. Estas sales actúan como retardantes de llama, impidiendo la propagación del fuego y generando una capa carbonizada que protege el material subyacente. Es importante asegurarse de que la fibra de celulosa utilizada cumpla con las normativas locales de seguridad contra incendios.
La fibra de celulosa es sensible a la humedad. Si se moja, puede compactarse, perder volumen y, por lo tanto, reducir su capacidad aislante. Una humedad excesiva y prolongada también puede favorecer el crecimiento de moho. Es crucial evitar la exposición directa al agua y asegurar una buena gestión de la humedad en las estructuras donde se instala. Sin embargo, en casos de humedad leve y transitoria, si la estructura permite un secado adecuado, la fibra de celulosa puede recuperar sus propiedades.
La fibra de celulosa tratada con sales de borato es resistente a plagas (como insectos y roedores) y al crecimiento de moho. Las sales de borato actúan como un inhibidor natural, creando un ambiente desfavorable para estos organismos. Es importante asegurarse de que el producto de fibra de celulosa utilizado contenga un tratamiento adecuado con estas sales.
Una instalación adecuada con la densidad recomendada minimiza significativamente el asentamiento de la fibra de celulosa con el tiempo. Sin embargo, una instalación con una densidad demasiado baja puede resultar en cierta compactación, lo que podría reducir ligeramente su rendimiento aislante. Por ello, es crucial seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto a la densidad de instalación.
Sí, la fibra de celulosa es un material transpirable o higroscópico. Esto significa que puede absorber y liberar humedad del aire, lo que ayuda a regular la humedad interior y a prevenir la acumulación de condensación dentro de las estructuras. Esta propiedad contribuye a un ambiente interior más saludable y confortable.
La fibra de celulosa se puede instalar de varias maneras
Insuflado: Se introduce a presión en cavidades de paredes, techos y suelos, llenando completamente los huecos y creando un aislamiento continuo. Es ideal para rehabilitaciones y estructuras complejas.
Proyectado húmedo: Se mezcla con una pequeña cantidad de agua y un adhesivo para proyectarse sobre superficies, adhiriéndose a ellas. Se utiliza en paredes y techos.
Paneles: Se presenta en forma de paneles rígidos o semirrígidos que se pueden cortar y encajar entre elementos estructurales.
Sí, la fibra de celulosa es generalmente considerada un material ecológico. Se fabrica principalmente a partir de papel reciclado (como periódico), lo que reduce la cantidad de residuos y la necesidad de talar árboles. Su proceso de fabricación suele requerir menos energía en comparación con otros aislantes, y al final de su vida útil, también puede ser reciclada
El costo inicial de la fibra de celulosa suele ser competitivo con otros materiales de aislamiento convencionales como la lana de vidrio o la lana de roca. Sin embargo, el costo total del proyecto puede variar según el método de instalación (el insuflado puede tener un costo de mano de obra diferente a la instalación de paneles) y la cantidad de material necesario. A largo plazo, el ahorro energético que proporciona puede compensar la inversión inicial.
La fibra de celulosa en sí no es tóxica. Las sales de borato utilizadas en su tratamiento son de baja toxicidad para los mamíferos en las concentraciones utilizadas. Generalmente, no emite compuestos orgánicos volátiles (VOCs) significativos después de la instalación, contribuyendo a una buena calidad del aire interior.
La fibra de celulosa generalmente no causa alergias. Sin embargo, durante la instalación, puede generar polvo fino que podría irritar las vías respiratorias o la piel en personas sensibles. Por ello, se recomienda el uso de equipos de protección personal (mascarilla, gafas, guantes) durante la manipulación e instalación. Una vez instalada, no suele generar problemas de irritación.
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